Ya antes me sentía culpable por el hecho de que creía que no había hecho bastante, o bien que lo que había hecho estaba mal. Ahora sé que de lo único de lo que soy culpable es de haber soportado lo inaguantable. Si al primer insulto le pongo con las maletas en la calle, el día de hoy las cosas sucederían de otra manera.
