Las palabras con carga erótica, no importa si bonitas si feas, avivan la producción de dopamina en el hombre, el mejor estimulante sexual natural. Si eres amante de las emociones intensas y te agrada gozar de cosas nuevas, prueba a charlar sucio. Muy sucio.
‘¿Tropezaste con un inútil?’, me preguntó
